¿Sabías que, según estudios de la Comisión Europea, el 80 % del impacto que genera un producto o servicio sobre el medio ambiente (consumo de energía y recursos o la contaminación y residuos generados desde los procesos de fabricación hasta el fin de su vida útil) se determina en la fase de diseño?

Es imprescindible incorporar criterios ambientales al diseño de productos y servicios para hacerlos más sostenibles; esto es lo que se conoce como “Ecodiseño”.

Con la aplicación del ecodiseño a los productos se consigue reducir estos impactos en el medio, reduciendo su huella de carbono y combatiendo la obsolescencia programada, a través de mejorar la durabilidad y reutilización, aumentar la eficiencia en el uso de energía y recursos y evitando cualquier sustancia química peligrosa en su fabricación.

Ejemplos:
– Muebles fabricados a partir de maderas FSC (certificación que indica la correcta gestión de los recursos forestales) que se venden sin montar (con menores dimensiones se reduce la superficie de embalaje y se optimiza el transporte).

– La edificación sostenible permite reducir el consumo de energía, las emisiones de gases contaminantes (procedentes de las fases de construcción, fabricación de materiales y funcionamiento del edificio), el consumo de agua o la generación de residuos, a través de incorporar al diseño de las construcciones, mecanismos de aislamiento térmico, sistemas de aprovechamiento de energía solar térmica y/o fotovoltaica, estructuras de captación del agua de lluvia o la domótica para la gestión inteligente.

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